En la práctica pedagógica del primer ciclo se promueve una mirada reflexiva de la realidad, propiciando que en el proceso de aprendizaje esta sea cuestionada, problematizada, interrogada en procesos permanentes de diálogo de saberes, indagación, investigación, contrastación, discusión y argumentación para la construcción de alternativas que favorezcan su transformación.
Esto implica que en la escuela, al compartir los saberes curriculares, se desarrollan formas particulares de pensar, actuar, ser, leer, escribir, resolver problemas que son fundamentales para la progresiva construcción de nuevos saberes y relaciones, el desarrollo de competencias y de proyectos de vida.
Juan Perez